Curtidores de piel



curtidores

Pasear por la medina de Fez es adentrarse en todo un mundo de sensaciones, que embriagan al viajero que camina sin rumbo por sus laberínticas calles. Aquí, paseando sin rumbo fijo, el viajero encuentra zocos de henna, de bronce, puestos de comida... y los cuartos de curtidores de piel, una de las principales atracciones de Fez, que conserva toda la esencia de antaño.

Llegar hasta la zona de los curtidores no es fácil, sobretodo si paseamos sin guía. Escondida entre las bulliciosas calles, muy cerca de la mezquita principal de la ciudad, es la zona artesanal por excelencia. Aquí se tiñen y secan las pieles con las que se harán los artículos que se venden en Fez y en muchas zonas de Marruecos. No en vano, Fez puede presumir de tener la mejor piel del país.

Pese al olor que desprende el lugar, que en ocasiones lleva al viajero casi hasta el vómito, la visita de estos cuartos merece la pena, ofreciendo un paisaje de vivos colores que se quedan en la retina. Los asnos trasladan hasta aquí las pieles "frescas" de los animales muertos, para someterlas a un lento y

curtidor

costoso proceso en el que la tiñen de varios colores. Y lo mjero de todo es que lo hacen al modo de antaño, utilizando todos los utensilios y siguiendo todos los pasos como se hacía varios siglos atrás. De hecho, si visitas estos cuartos por la mañana, observarás una frenética actividad en la que los asnos entran y salen ataviados con las numerosas pieles, y los hombres entran en los hoyos con tinte y de pie y descalzos, van amasando la piel.

Muchos turistas visitan la zona des de lo alto, en los balcones de las tiendas. Los guías que los conducen hasta allí ofrecen ramilletes de menta para colocarlos sobre la nariz, ya que en muchas ocasiones el olor puede ser realmente insoportable.

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